GUAYABERA
He
escuchado varias veces la propuesta de que habría que solicitar la denominación
de origen para la guayabera, para protegerla de la competencia que representa
su fabricación en China, o en cualquier otro país.
En 2008, el entonces Senador
yucateco, Lic. Cleominio Zoreda Novelo, propuso en el Senado de la República,
un punto de acuerdo para exhortar al Ejecutivo a otorgar esa protección a los
artesanos e industriales yucatecos que elaboran la popular prenda.
Posteriormente se realizó la solicitud formal ante el IMPI (Instituto Mexicano
de la Propiedad Industrial), organismo que en su momento resolvió que era
imposible otorgar dicha denominación a la guayabera yucateca, lo que motivó mas
recientemente al Ejecutivo Estatal a cargo del Lic. Rolando Zapata Bello, a
emitir un decreto que institucionalizara el día 21 de marzo, como el Día de la
Guayabera, para fomentar su uso.
El tema de la protección a la
propiedad industrial, proviene del Convenio de París que data de 1883, y de un
arreglo particular realizado en virtud de su Artículo 19, que trata
específicamente de la Protección a las Denominaciones de Origen y su Registro
Internacional, llamado el Arreglo de Lisboa, adoptado en 1958.
El Arreglo de Lisboa, define la
Denominación de Origen como “la denominación geográfica de un país, de una
región o de una localidad que sirva para designar un producto originario del
mismo y cuya calidad o características se deben exclusiva o esencialmente al
medio geográfico, comprendidos los factores naturales y los factores humanos”.
A la luz de esta definición,
resulta comprensible que el IMPI haya resuelto negar la protección solicitada,
ya que casi todas las versiones e hip ótesis, coinciden en señalar
que el origen de la Guayabera se ubica en el municipio de Sancti Spíritus en la
región central de Cuba, a principios del Siglo XVIII. Además, los propios
fabricantes y artesanos, para destacar sus modelos de Guayaberas mas lujosos y
de mejor calidad, señalan como una ventaja competitiva el que estén elaboradas
con “lino japonés” o “irlandés”, y aún si esto se tratara únicamente de un
ardid publicitario, lo cierto es que ningún tipo de tela es producido en
Yucatán, de modo que el medio geográfico, difícilmente pueda ligarse como el
exclusivo o esencialmente responsable de la calidad y características de la
prenda.
Se atribuye a don Pedro Mercader
Guasch haber introducido la guayabera a Yucatán hacia finales del Siglo XIX e
iniciar su fabricación con algunas variantes y mejoras al diseño cubano. Al
tomar Fidel Castro el poder en Cuba en la década de los sesentas, varios
empresarios yucatecos deciden fabricarlas ante la demanda existente, que crece
considerablemente en los siguientes veinte años. Se convierte en un producto de
exportación ante el impulso del presidente Luis Echeverría Álvarez, quien usaba
guayabera en sus giras tanto en México como en el extranjero.
Como antes señalé, la
Denominación de Origen no tiene el poder de aumentar la calidad o de conseguir
reputación para un producto, eso es responsabilidad exclusiva del fabricante,
sus proveedores y colaboradores. Y si esto se logra de manera colectiva, el
beneficio también lo será.
Raúl
Asís Monforte González
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Mérida,
Yucatán a 09 de Mayo de 2015.
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