LA MAGIA, EL PALERO Y EL CRONISTA.

Aquella mañana, tomé entre mis manos el ejemplar del periódico del día, como ya se había convertido en sana costumbre desde que la inolvidable maestra Lichí nos inculcó el hábito de su lectura, comencé a pasar sus páginas, y fue entonces cuando descubrí que un señor llamado Jorge H. Alvarez Rendón, había escrito una crónica del evento al que había yo asistido la noche anterior en el teatro José Peón Contreras, y que me había causado gran emoción. Por supuesto que de inmediato me dispuse a leerlo. El escritor, bordaba hábilmente las palabras, como suele hacerlo, para relatarnos lo que había ocurrido esa noche cuando presenciamos la actuación del que sin duda era el mejor mago de México. No recuerdo con exactitud el relato completo del Maestro Alvarez Rendón, vagamente viene a mi memoria haber percibido que no demostraba una gran emoción por la magia y la prestidigitación, al menos no tan grande como la que yo tenía, y mucho menos tan grande como la que él demuestra actualmente cuando su crónica versa sobre las actuaciones de la OSY (Orquesta Sinfónica de Yucatán). Creo que en general opinaba que había sido un buen espectáculo, y que el mago cumplió con el objetivo de entretener a un público generoso y amable, pero entonces mi vista se posó sobre esa frase que no olvidaré, y que escribió casi al final del artículo: "uno de los momentos culminantes, fue cuando liberó de sus ataduras a la bella edecán, quedándose el mago en su lugar, acto que logró con la ayuda de un palero que antes habría colocado entre el público asistente". Recuerdo que experimenté una combinación de sentimientos de enojo, diversión y frustración, me sentí ofendido y encabronado, pero al mismo tiempo me causaba gracia que aquel escritor del periódico me hubiera llamado palero. ¿Un palero, yo? Jajajaja.

Apenas era yo un imberbe adolescente, que recién había abandonado la niñez, pero dentro del equipaje que me había traído de esa etapa de mi vida, aún conservaba intacta mi fascinación por la magia (posiblemente siga intacta hasta hoy), esa magia que a todos los niños cautiva y sorprende, pero que en mi ejercía un poder atrayente extremadamente fuerte.

Mi padre solía hacernos a mi y mis hermanas algunos trucos de magia en reuniones familiares, o en el cumpleaños de alguno de nosotros podía súbitamente convertirse en la gran atracción para nuestros amiguitos invitados cuando rompía en pequeños trozos aquel billete de 10 pesos con la imagen del cura Hidalgo, apretaba después los cachitos dentro de su puño, echaba polvitos mágicos que sacaba de su bolsillo, y le pedía a alguno de los asombrados espectadores soplar, para después abrir la mano y tomar un arrugado pero entero billete de 10 pesos. No recuerdo que alguna vez hubiera accedido a la unánime petición del público de repetir aquel truco, posiblemente si lo hiciera, rebasaría por 10 pesos el estricto presupuesto destinado a la celebración del cumpleaños. Pero también había otros trucos de magia, recuerdo que en mi intento por descubrir la trampa, alguna vez hurgué a hurtadillas en aquel portafolio Samsonite negro, en donde además de guardar con gran celo las cartas de amor que intercambiaba con mi madre cuando aun eran novios y él vivía en la Sierra Tarahumara, también conservaba unos naipes con imágenes de unos gatos negros y un canario, al que los malvados gatos se devoraban, mientras él hacía un rápido y hábil movimiento con las manos.


Estas experiencias, fueron suficiente motivación para que yo aprendiera algunos trucos, no gran cosa, aprendí algunas habilidades con cartas, y en una ocasión mi solicitud al obeso personaje de las barbas blancas y ropa roja que con su trineo y sus renos satisface los requerimientos de los rapazuelos en Navidad, consistió en una caja con "Juegos de Magia" de la marca "Mi Alegría".

Ciertamente mi afición era grande, por eso cuando vi que Chen Kai se presentaría con su espectáculo de magia en el teatro José Peón Contreras, supliqué a mis padres que me llevaran. Chen Kai es un mago de origen Yucateco, cuyo nombre artístico lo tomó de la lengua Maya y cuyo significado en Español es "Solo Manos". Me dieron gusto, consiguieron unas muy buenas localidades de luneta, no muy lejos del escenario, desde donde presenciamos la función, que se desarrollaba en espectacular forma, con fabulosas artes de magia y prestidigitación con las que el mago mantenía entretenido a un atento público. En eso llegó el momento en que anunció el siguiente acto, y solicitó que una persona del público pasara a ayudarle, pidió que levantara la mano quien deseara hacerlo. La emoción ocasionó que no solamente levantara la mano, sino que saltara de mi butaca como disparado por un poderoso resorte, y cuando su dedo índice señaló hacia donde yo me encontraba y dijo: Pase usted joven caballero, no podía yo creerlo, volteé para atrás y hacia los costados para asegurarme de que no había otra persona que hubiera levantado la mano, hasta que convencido de que yo era el elegido, caminé hasta el escenario con una sonrisa dibujada en el rostro.

Ya arriba del escenario y después de presentarme, el mago explicó en qué consistiría lo que veríamos a continuación y cuál sería mi papel en todo esto. Mientras él hablaba, trajeron una estructura de acero alta, de base redonda. De la parte superior colgaba una cortina y de sus soportes verticales se sujetaban unos gruesos cinturones de cuero y algunas cadenas. Salió entonces la edecán o ayudante que participaría en el acto de magia, una mujer muy hermosa y sensual portando un elegante vestido largo escotado, que dejaba al descubierto sus hombros y una generosa porción de sus atributos femeninos, cuya piel clara estaba salpicada de pecas. Rápidamente, Chen Kai explicó que la ataría con los cinturones de cuero y cadenas que colocaría en sus muñecas, tobillos, cintura y cuello, asegurando con varios candados esas ataduras. Me indicó que sería el responsable de asegurarme de la inviolabilidad de los arreos y sus cerraduras, y posteriormente seríamos testigos de la sorpresa que nos tenía preparada.

Cuando el extraordinario mago colocaba con gran habilidad y rapidez esa temporal prisión sobre el cuerpo de la joven, constantemente solicitaba que yo tomara con mis manos los cinturones y cadenas, y tirara de ellos para verificar que estaban debidamente asegurados alrededor de su cuerpo, y que explorara los candados y me asegurara de que el pasador estuviera correctamente enganchado.

Tengo que reconocer que pude, y debí, haber puesto un mayor cuidado en mi labor, les juro que no era mi intención traicionar mi responsabilidad ante el público, ni mucho menos serví de palero (al menos consciente y preparado con anterioridad) como señalaba el cronista. La emoción de un casi niño, sorprendido por estar de pronto siendo protagonista en un acto que llenaba de júbilo su alma, el súbito pánico escénico que se apoderó de mi, las luces, el misterio, la habilidad indudable del mago, fueron elementos que jugaron un papel importante para que mi revisión no fuera tan meticulosa. Y claro, además estaban las inquietas hormonas de un niño entrando apenas a la adolescencia, aquellas traviesas criaturas que me impidieron apartar la vista de esa clara piel cubierta de pequeñas pecas, que se dejaba ver en un porcentaje grande de sus pechos, hombros y brazos descubiertos, mientras jalaba algunos cinturones y cadenas. Cuando Chen Kai me cuestionó acerca de la seguridad de esos elementos, apenas alcance a suspirar un "si, está todo bien", y vaya que lo estaba.

Entonces el gran mago me pidió permanecer a un lado y que tratara con la mente de ayudar a la prisionera a liberarse, me explicó que la mente ejerce un poder muy grande cuando uno la usa correctamente. A continuación se ubicó por detrás de su ayudante y prisionera, y tomó con sus manos un extremo de la pesada y gruesa cortina que colgaba de la estructura metálica, caminó tirando de ella hacia el frente, siguiendo la forma del círculo que tenía la estructura tanto en la parte de abajo, como arriba, en donde la tela se sostenía, al pasar por el frente saludó y sonrió al público, y nuevamente me pidió supervisar con mucha atención sus movimientos, continuó cerrando la cortina, hasta formar un cilindro que cubrió por completo y encerró en su interior a la ayudante, quedando él en la parte de atrás, oculto a la vista del público. En ese preciso instante, se escuchó un grito desesperado de la edecán, cuyo elegante vestido salió disparado por los aires, por encima de la cortina, cayendo al frente del escenario, muy cerca de donde yo me encontraba. Unos cuantos segundos nada más de misterio, y entonces el público y yo pudimos observar que la cortina se iba descubriendo nuevamente, poco a poco, pero ahora quien la sujetaba por el extremo para irla corriendo, era la hermosa mujer, quien ya solamente portaba un bikini con brillos de lentejuelas y decoración de fantasía, ya liberada de todas sus ataduras. Al terminar de correr la cortina, Chen Kai se encontraba ahora en el centro de la estructura, completamente aprisionado por los mismos cinturones, cadenas y candados que antes yo había revisado. La mujer, me hizo un gesto de enojo al pasar delante de mi a recoger su vestido, antes de salir apresurada a su camerino, mientras otros ayudantes trajeron las llaves de las cerraduras y candados para liberar a Chen Kai, mientras el amable público le tributaba una estruendosa ovación. Al despedirse de mi y enviarme nuevamente a mi butaca a presenciar lo restante del espectáculo, me dijo: "¿Que has hecho Raúl? "Te dije que la mente era muy poderosa, debiste tener más cuidado."

Entre risas y aplausos, regresé junto a mis padres a seguir disfrutando la función, satisfecho y emocionado. Aún no tengo nietos, pero quise adelantarme y contárselo a mis amigos y a mi familia. Espero les haya gustado esta anécdota, así como espero que el Maestro Jorge H. Alvarez Rendón me crea y ya no vuelva a llamarme palero en sus crónicas, escritos o poemas que sigo con genuina admiración.


Raúl Asís Monforte González.
Sábado 25 de Enero de 2014.

Comentarios

  1. Excelente relato...ya me hiciste el Domingo mi estimado paisano Raúl.
    Te felicito por el blog, por tu apertura y por tu sabrosa manera de narrar. Tienes esa magia de hacer grande esos detalles que parecen insignificantes. Me siento orgulloso de que me distingas con tu amistad. Abrazos.
    Delfino Marrufo Briceño.

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    1. Muchas gracias Delfino, saludos afectuosos.

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    2. buenas noches Dn. Raul, lamento decirle que a pesar de los años transcurridos el sr rendon sigue emitiendo juicios sin cerciorarse y sigue ofendiendo a personas que no se lo merecen, en realidad nadie merece ser ofendido y menos por alguien que tiene el acceso a un medio de comunicación. este sr sin conocer a una gran artista europea que mucho bien le ha echo a la cultura yucateca, la ofende sin razón. tengo el gusto de conocer a esta dama y se que es una persona honrada, muy capaz , ética, recta , excelente persona, dura y exigente maestra , brillante artista del mas alto nivel y muy comprometida y amante de su arte. y este pobre individuo a sido capaz de dudar de su honorabilidad sin conocerla. tenga la certeza que si las cosas que ud. relata volvieran a suceder, este individuo volveria a llámarle complice de un fraude(palero) sin conocerle y sin verificar. lea bien sus reseñas supuestamente musicales, no lo son, si acaso , el sabe de literatura, pero de música no hay nada. el periódico lo tiene porque no había nadie mas. sin embargo, gracias a la llegada de muchos músicos extranjeros para formar la osy, hoy yucatan cuenta con muchos jóvenes muy muy preparados en el ámbito musical. guardo escritos de este individuo como una muestra de su falta de veracidad y con el paso de los años el tiempo pondrá a cada quien en el lugar qe corresponde sin importar que nuestros deshonestos gobernantes le regalen medallitas a individuos como este.

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